Comienza una nueva campaña de cosechas. Garrofa, almendra y uva son los cultivos tradicionales de esta tierra de secano. Lamentablemente el sector primario, tan importante, ha sido históricamente descuidado por las administraciones.
Mientras que en países de nuestro entorno los agricultores y ganaderos son respetados, en España los hemos arrinconado, y los vemos como una profesión del pasado. Ningún padre desea que su hijo se dedique a trabajar alimentando a la sociedad, ayudando al mismo tiempo a mantener el medio, creando empleo del que, además, arraiga a la gente al territorio.
A nivel local poco se puede hacer para evitar esta locura, pero desde ACTIVA CHIVA entendemos que eso no es excusa para que la desidia estatal se contagie a las zonas rurales.

Cuidar las cooperativas, reuniéndose con el sector y atender sus necesidades, trabajar codo con codo en la obtención de recursos, subvenciones que sirvan para mejorar instalaciones y ayudar a los jóvenes que decidan iniciar su vida laboral en el campo.
El consejo local agrario fue una herramienta de gestión excelente, y debe volverlo a ser. Tal y como hemos hecho saber en las diferentes reuniones que hemos mantenido con la cooperativa y agricultores, entendemos que urge la puesta en marcha de una mesa sectorial donde todas las partes implicadas participen asiduamente de un dialogo constructivo, creando un canal de comunicación directo con el ayuntamiento.
De haber existido esta mesa sectorial, entre otras cosas se habría podido trabajar, precisamente en esta época tan importante en lo agrario, lo social y lo cultural, en la contratación de un equipo de vigilancia para nuestros campos, luchando por evitar los robos, especialmente de garrofas, que ya se están comenzando a encontrar los agricultores de nuestro pueblo.
“El país de las garroferas” solo ha servido para imprimir unas cuantas camisetas y algún que otro dossier, que está muy bien, pero antes de eso deberíamos pensar en la manera de tener en Chiva una brigada especializada de la Guardia Civil para que los agricultores puedan dormir tranquilos y no pensando que en si al día siguiente, el fruto de su trabajo habrá sido robado.
